martes, 18 de diciembre de 2012

La mujer de las garzas



La mujer de las garzas - aunque no eran propiamente garzas - le robaba intermedios a sus días, ya fuera durante sus clases o antes de ir a dormir, para dejar sus manos llenas de tinta y acuarela y las puntas de sus dedos tatuados con los dobleces que de pronto hacía ya mecánica e inconscientemente. Dicho apodo se lo otorgó un compañero de su clase de astrofísica, al advertir que, en vez de prestar atención a las peculiaridades de una estrella, ella se dedicaba a hacer grullas con las hojas de sus exámenes o las de viejos apuntes.
Acumulaba las grullas en una caja, aunque muchas veces podían encontrarse también en el fondo de su bolsa o escondidas entre las páginas de su carpeta, dentro de su estuche o asomándose sobre los muebles. Algunas desafortunadas caían en las garras de sus gatos y terminaban ahogándose en un plato de agua, o al borde del abismo del balcón con agujeros en las alas.
Ese día él supo que había sido ella la que colgó en su puerta las últimas 99, decoradas y atadas a manera de móvil, y salió a buscarla. Cuando la encontró, sus miradas se enfrentaron, sujetándose contra el vértigo que ya se los había tragado y que, ella esperaba, seguiría tragándoselos.
Fue ese mismo vértigo el que la llevó a correr descalza sobre las piedras, la tierra húmeda y seca, y el pasto de una calle cerca de Miguel Ángel de Quevedo, bajo la mirada de los dioses - viejos y antiguos, o quizás del único - hasta llegar al puente donde había entregado su corazón y donde ahora entregaba su propio deseo de vivir y el de que todos vivieran.
Se arrodilló mientras hablaba, ya no en un susurro, sino con voz segura. Terminó la última grulla y la estrechó contra su pecho, "pues este es mi deseo".
Su segundo deseo fue convertirse en grulla, garza, golondrina y volar muy muy lejos. Mientras la tarde descendía los escalones del cielo, se subió al puente para dejar la grulla sobre la rama de un árbol, y aunque sabía que no pasaría mucho para que se cayera, deseó que conociera las estrellas y los ojos de Dios, pues la esperanza no queda oculta para quien sabe verla.
Así, por todas las cosas que realmente importan, dejó el puente y dos nombres escritos cono rojo sobre la piedra. Deseó que la muerte, el sueño, Dios, la luna, la vida y el sol la vieran con sus pies descalzos, que declaraban que, sin importar lo arduo o difícil del camino, ella lo recorrería.
Y es que, con el susurro del papel y las armonía de los colores, ella sólo pensó en regalares esperanza, aún si ellos no creían en los extraños mecanismos que la impulsaron a comenzar las grullas. Y aunque en el fondo tal vez ella fuese la única que esperaría a ver su deseo cumplido, no obstante, esperaría.

Srita. Entropía ~
[Pide un deseo conmigo]



miércoles, 5 de diciembre de 2012

"Nunca subestimes el poder de una carta bien escrita"

Pase lo que pase, respondas lo que respondas, pienses lo que pienses, estoy segura que te hice estremecer....

Srita. Entropía

miércoles, 28 de noviembre de 2012

jueves, 22 de noviembre de 2012

Alfonsina

"Y si llama él
No le digas nunca que estoy
Di que me he ido"

...Pero yo no entendía a dónde se había ido Alfonsina, a dónde iban las olas y marzo, mucho menos de qué se alimentaban esas lágrimas que tiraba mi madre al leerme el final de la sirenita, aquel en el que ella se vuelve espuma por no querer apuñalar a su príncipe.
¿Qué no estaba dormida Alfonsina? ¿qué no los poemas son lo contrario al silencio? Pero entonces me empapó la resaca de la marea alta - o baja, o lejana, o cercana - y supe que hay muchas maneras de escuchar silencios. Que en ese cono que trae el frente de onda - a veces coronado con peces o estrellas de mar, quizás con los cabellos de Alfonsina o con la daga que la sirenita debía usar -, que se enreda y seduce tus tobillos con su fuerza, se te va la vida en una exhalación más larga que el océano: una que va y vuelve, se lleva y trae, se va y regresa.
Alfonsina no escuchó el océano de una caracola, no pudo conformarse con ese sonido que se acomoda en tu oído y se acurruca en tu mente durante un momento. Ella tuvo que abrazarse de él, torciendo rumbos, como ella decía. Y es que, según dicen, su nombre significa "dispuesta a todo".
Mi madre nunca me dijo que Alfonsina Storni tuvo cáncer de mama. Y ahora que leo sus poemas, sé de dónde nació la letra de la canción, aunque a mi me gusta más la versión instrumental de Paquito De Rivera.
Me pregunto si Alfonsina pensó en el vértigo cuando se arrojó hacia el mar: ese que a mi me gusta sentir en la orilla de los acantilados, viendo como el mar se lleva las estrellas y los cometas invisibles. Me pregunto si ella imaginó su profundidad y si la muerte es fría y tiene el mismo vaivén que tienen las olas del mar.
Siempre he pensado - y sin encontrarle ningún caracter oscuro ni deprimente - que me gustaría morir en el mar o, en su defecto, en el agua, como Alfonsina Storni, como Virginia Woolf.

viernes, 16 de noviembre de 2012

Quieren vivir para siempre...



"Se puede matar todo menos la nostalgia del reino, la llevamos en el color de los ojos, en cada amor, en todo lo que profundamente atormenta y desata y engaña. Wishful thinking, quizá; pero esa es otra definición posible del bípedo implume".

Rayuela, capítulo 71.

domingo, 14 de octubre de 2012

Hola Octubre



Morir es retirarse, hacerse a un lado,
ocultarse un momento, estarse quieto
pasar el aire de una orilla a nado
y estar en todas partes en secreto.

Morir es olvidar, ser olvidado
refugiarse desnudo en el discreto 
calor de Dios, y en su cerrado
puño crecer igual que un feto.

Morir es esconderse boca abajo
hacia el humo y el hueso y la caliza
y hacerse tierra y tierra con trabajo.

Apagarse es morir, lento y aprisa,
tomar la eternidad como a destajo
y repartir el alma en ceniza.


Sabines. Jaime Sabines

sábado, 6 de octubre de 2012

Homotopías I



Homotópame a un punto para vivir como lunar detrás de una de tus orejas.


Srita. Entropía ~
[Mis números favoritos son los imaginarios]

Para más información sobre la homotopía: http://es.wikipedia.org/wiki/Homotop%C3%ADa

Amar es dar lo que no se tiene a alguien que no es.
Jacques Lacan

viernes, 5 de octubre de 2012

Crumble |«



Las manzanas chilenas son mejores que cualquier otras, quién sabe si sea por el tamaño. Escoge seis y duda. ¿Alcanza para tres? Uno para la familia, uno para agradecerle a su amiga... Y si, originalmente pensó únicamente en hacer uno para él. Luego su madre aceptó prestarle los recipientes e hizo un mohín por que no planeaba hacer uno para ella.
Después tendrá que reponer tanta mantequilla utilizada. Quedan tres manzanas en el frutero, por suerte hay suficiente harina y azúcar. Como siempre, le falla el cálculo de las migas, pero le falla más el corazón en el momento de meditar cómo va a repartir las porciones, porque hay un recipiente grande, uno mediano y uno apenas del tamaño de una rebanada.
Si por ella fuera, le daría los tres a él. Camina por la cocina, prende el horno. Todo se calienta, pero ella se queda con las manos frías, llenas de mantequilla. Mastica las cáscaras de manzana mientras despeja "su área". Abre la ventana, la noche se asoma. Seguro algo de eso quedará cuando le ponga la canela.
Por fin, reparte las manzanas, no sin antes poner una capa de migas sobre el fondo. De pronto, el más pequeño es el que más tiene. Debe ir por más manzanas para guardar equilibrio. Viene su madre, esconde el más chico debajo de una bolsa de papel sobre el microondas. Nadie entendería. No tiene ganas de dar explicaciones, de recibir miradas reprobatorias.
En realidad nunca dudó en prepararle uno, pues sabe que lo adora. Su primer pensamiento fue en hacérselo para animarlo. Un gesto sencillo, que algunos calificarían de generoso, pero también de inútil. ¿Con qué fin?
Los termina y los recubre de más migas. Abre el horno y coloca el más grande en el centro, luego el mediano. Pone especial cuidado en el más pequeño.
Pasan los minutos en intervalos de 20 y ella sale a ver la luna. Cualquiera diría que este acto es absurdo, estúpido. Y así se sentirá ella al día siguiente cuando vaya a buscarlo para entregárselo: pequeña, torpe y absurda. Más aún considerando la presentación, pues tendrá que dárselo en un tupper, sacar dos pyrex de la casa sería demasiado. Además, con eso de que él huye para no verla, quién sabe cuándo se lo devolvería. Su madre podría enfadarse.
Una amiga suya que estudia gastronomía alguna vez le contó que algunas mujeres tienen la costumbre de hablarle "bonito" a los alimentos cuando están en la estufa, o a las cosas que están picando, para que la comida no quede mal. Había una expresión para eso, pero no la recuerda. También su madre alguna vez le dijo que las emociones se quedan en lo que cocinas.
Ya pasaron 50 minutos, la cubierta se ve dorada. Pone la tabla de madera sobre la mesa y coloca los dos recipientes más grandes. El pequeño lo deja en la cocina, esperando que enfríen para ser consumidos.
Se queda contemplándolo. Piensa en aquella costumbre al término de la relaciones en las que devuelves todo lo que tienes del otro. Hace un recuento mental de las cosas que aún le pertencen a él y sólo fueron prestadas. Piensa también en el reloj que su mamá le regaló cuando entró a la universidad y que él seguramente ni usa.
En realidad nunca pensó en pedirle que le devolviera sus cosas. Tampoco en darle las suyas. Mira el crumble frente a ella y el vidrio le devuelve la mirada. En ella adivina algo más profundo que la tristeza. En esos minutos no transcurre precisamente el dolor, tampoco la indiferencia. Un monólogo a medias en el que inspecciona su interior sin preguntarse por qué.
Y es que, por exagerado que suene, en ese momento el mundo se hace demasiado grande. Se da cuenta de que, en realidad, siempre quiso darle todo lo que tiene.
Sigue queriendo hacerlo.
Sólo espera que de todas las emociones que se acumularon en su interior mientras cocinaba, sobre la cubierta dorada, entre las carne de las manzanas y en los poros de la canela se quedara el más sincero, el único que en realidad importa.
Al final, no podrá dárselo en persona, por lo mismo de que él ya no está. Pero unos días después recibirá un agradecimiento que dice "Soy muy feliz comiendo crumble".
Y aunque ella se quiera morir, le basta saber eso. Después de todo, hay cosas más importantes que las barreras que él ha puesto.
Espera que un buen pedazo de crumble pueda expresar eso.

jueves, 4 de octubre de 2012

Ya llegó octubre



Y con él, los inminentes quiebres. El olor a flores en los rincones de mi cuarto y de mi cabeza, las dudas más desnudas y descarnadas. Los impulsos más insanos, que terminan reduciéndome a un absurdo pequeñito y estúpido.
No traer reloj no pudo evitar el darme cuenta de que ya estaba aquí, enfriándome las manos y reduciendo mi corazón a cenizas para regalárselas a la noche en nuestras citas.
Hay muchas formar de vivir. Me cansé de vivir cobardemente. Por eso los moretones, los raspones. Por eso las ojeras que despinta el agua. Por eso la fuerza que están tomando mis brazos. Recibo a octubre rezando de cabeza, corriendo descalza sobre el pasto por las mañanas, cuando recién llovió. Aguantando la respiración, cruzando los dedos, sin dejar que se me asomen en los ojos para que no se den cuenta de la tristeza que los apaga.
Hace mucho que no temía su regreso. Hace mucho que no procuraba desvelarme para rendirme ante Hypnos sin soñar. El fuego está en todas partes.
Se me están escapando las hojas en las que escribir, y esta es una historia demasiado larga.

Srita. Entropía •
[ S U E L O ]

domingo, 30 de septiembre de 2012

Contorsiónenme el alma para dejar de sentir el corazón


[Me rompió el corazón]

Ya va a terminar septiembre. No quiero despertar.
Dejé a la lluvia colarse en mi cuarto para que ocupara el espacio vacío que dejaste en mi cama. Tengo miedo de levantarme y que mis pies se llenen de la espuma del océano de la duda. Tengo miedo de ahogarme, de olvidar cómo nadar. De que de pronto la voz dentro de mi que recita el "sana, sana" un día se calle y entonces me dé por vencida, como tú.
Sólo yo. Sólo yo estoy oscura. Sólo me queda esa luna.

Srita. Entropía |«
[You can sing me anything]

martes, 18 de septiembre de 2012

Pero shh. Es un secreto

[ Todavía hay algo que dejaste perdido en mi boca.
Esperaré a que vengas a recuperarlo ]

lunes, 17 de septiembre de 2012

And she was gone



Hay botellas de agua por toda la casa, huellas que dejó la lluvia tras jugar al equilibrio sobre el barandal del balcón. Rastros de ceniza de cigarros indecisos que al final se apagaron, causando incendios en su pecho. Grullas de papel regadas por el suelo y las paredes, esperando que alguien les despierte el interior para salir volando por la puerta y encontrar en algún lugar del mundo más que esperanza: certeza. Lleva huracanes en el cabello y sus lunares rojos quieren suicidarse al borde de su piel, confundiéndose con puntos suspensivos. La vida ha quedado varada entre la pata de un sillón y el polvo que esconde una sandalia suya. Porque al verlo no supo si sonreír o besarlo, si gritar o rogarle, maldecirlo o huir, todo por dejar de ver aquella tristeza que la saludó desde sus ojos para darle la bienvenida a la semana. Su reloj enloquece hasta que las manecillas se detienen, rendidas, cansadas de contar historias escritas en segundos de los que ninguno de los dos sabe ya absolutamente nada. Y sólo ella tiene fe en lo que son, en lo que fueron, en lo que serán. Sus aretes hacen ruidos para hacerle creer que despierta, mientras su collar de perlas explota y deja que éstas rueden sobre el suelo, haciéndola tropezar para aterrizar de cabeza en el vórtice de sus pensamientos, ese que le da pánico mirar ahora porque todas las razones que son o pueden ser sólo hacen que sus rodillas quieran darse por vencidas. Los árboles se quedan en silencio. La tierra está caliente y las estrellas mueren más lento en alguna parte del universo. Mientras, ella combate contra el nuevo agujero negro que quiere hacerse sitio en algún lugar entre los dominios del pájaro del alma y los cajones de los recuerdos.
La gravedad regresa entonces a su cama. Ya es media noche, la luna no está llena ni menguante, sólo roja. La dinámica de las nubes se torna cualquier cosa menos deformable. Ella se sube en su cuerda floja y agita los brazos y se balancea para sentirse fuerte otra vez.
Cierra los ojos.
A veces, un salto de fe requiere de hacerse solo.

Srita. Entropía |«
[Siempre, tú señorita Puntual]

miércoles, 12 de septiembre de 2012

Voy a darte UNA razón



Dios no condena el amor,
Los seres humanos si.


Srita. Puntual ~
[Él no me condena por darte mi corazón, y esperará conmigo]

lunes, 10 de septiembre de 2012

Lo pensé al salir corriendo



Yo prefiero los continuos: correr y no frenar, caer y no estrellarme, girar y no detenerme.
Un infinito vacío de la ausencia.


Srita. Entropía

miércoles, 5 de septiembre de 2012

So, so you think you can tell Heaven from Hell


We're just two lost souls swimming in a fish bowl, year after year, 
Running over the same old ground. 
What have you found? 
The same old fears. 

Wish you were here.

jueves, 19 de julio de 2012

Aleatorio (I)


  • Y que lo único que le duela a mi ser, sean los moretones. Que de la negra sangre de mis agallas, surja el valor para arrojarme del trapecio.
  • Rasgada la noche, me regaló un pedazo de su vestido para taparme con él.
  • "Te voy a escribir un mail" dijiste. Un día los silencios no le van a ganar a todo lo demás.
  • Borrar números de teléfono, borrar mensajes. Borrar historias
  • Volar en columpio, desangrar la tarde para ponerme a escribir; correr con la madrugada. Ven a pintar las paredes de mi cuarto y mi alma de blanco por que tanto azul de la noche le cambia la tonalidad a mis manos.
  • Buenas noches esquinas: me voy a bailar para que se me olviden un rato.

Srita. Entropía ~


martes, 19 de junio de 2012

»| Artistas de la cuerda floja



Cambié cigarros y otros malos vicios por comida y malabares, aros en mi cintura, colgarme de cabeza en un tubo y besos tuyos en espacios abiertos, en los pisos fríos, en mis orejas, en mi boca, en mi frente.
Las esquinas dejaron de acumularse, todas las cosas tienen nombre. Dejé de hacer tonterías con mis sentimientos y con mis palabras para escribirte poemas, cuentos que se morían por salir de mi mente y arrojarse desde mis dedos; para que todo fuera puro y mero amor por ti.
Me hiciste aprender a besar correctamente en la mejilla al saludar. Encontrar besos que se reinventan y no tienen miedo ni pudor al cambiar, experimentar.
Cambié horas muertas y flojera por la determinación necesaria para hacer lo que más me gusta: aprender, enseñar, ayudar de nuevo. He vuelto a malabarear con posibilidades infinitas y positivas.
¿Qué chistoso no? Uno tiene concepciones extrañas del amor. Yo tenía ciertamente unas muy raras, demasiado complicadas. Pero no, ahora sé que tan sencillo, tan claro. Tiene que ver con el vértigo, con los acantilados, la luz, el mar y la luna. Esas cosas lo rigen. Todo eso lo llevas en los ojos.
Cambié cobardía por el valor necesario para aceptar que Peter Pan nunca vendrá, que yo puedo transformar las cosas a mi alrededor. Que aunque el ser humano necesite errores y dolor, no hay que exagerar, ni optar por los peores siempre. Una vez que se aprende, no repetir estupideces.
Cambié malas palabras por sinónimos que no creí existieran si quiera; el interés por explorar opciones y probarlas.
Cambié una concepción errática y difusa del universo por la idea clara de que todo puede cambiar. De que el amor es la mejor razón es para eso. La vida es acto. 
Nadie dijo que cambiar fuera fácil. Ni siquiera tú. Supongo que el chiste está en aceptar que se puede cambiar. Es normal tener miedo a cambiar ¿qué tal si todo sale mal?
Cambié las dudas por tu monociclo y por esa sonrisa que haces cuando hago las cosas bien, para bien. Cuando crees en mí y en mis vectores que ahora tienen dirección y sentidos claros. Pronto tendré que aprender a usar tacones correctamente para estar a la altura de sus magnitudes.
Cambié caos por algunos principios sencillos y sin embargo, creo que estarías de acuerdo con varios.

Cambié mi más grande torpeza, varios de mis defectos, el horizonte de eventos incierto del agujero negro que hay dentro de mí por la cuerda, aunque floja, que me regalaste: la esperanza.
Ahora sé que nunca caeré de ella como antes.

Srita. Entropía ~
[Y espera a que pueda andar en monociclo sobre ella]

Conmigo •



Duerme conmigo, quédate conmigo, come conmigo, corre conmigo, ríe, llora, canta, tiembla, aprende, echa a perder, repara, perdona, reza, lee conmigo, escribe conmigo, viaja conmigo, ten miedo conmigo, toma valor conmigo; cambiemos juntos, baila conmigo, camina conmigo; creamos juntos, hagamos juntos, crezcamos juntos; imagina conmigo, aclara, prueba, aventúrate, experimenta, enójate conmigo, grítame, perdóname, corrígeme; ayudemos juntos, malabarea conmigo, escóndete conmigo, miremos el mundo juntos; mécete, respira, nada, camina sobre la cuerda floja conmigo, estudia, escucha, vive conmigo; trabajemos juntos, crea, toca, espera; cásate conmigo.


[Escrito originalmente en un mensaje de texto que nunca envié]


Srita. Puntual ~
[Esperaré]

domingo, 10 de junio de 2012

Y darnos un beso que nos nos despida ~



No sé si ya lo planeabas o si lo pensaste, pero cuando tu boca se deslizó sobre la mía al despedirnos, se me olvidó el mundo, el suelo, el calor, las horas, lo hayas intuido, o calculado, o no.
Tú y tu traje negro de rayas me hicieron perder todas las nociones de la realidad. Una acción fantasma a distancia me obligó a negarte mi mejilla para darte mi boca, el beso, que tú te enteres de mi y yo de ti, como dos partículas que necesitan saber qué le pasa a la otra cuando ambas se ven sometidas a una misma acción, fuerza, destino, la mano de Dios, como quieras llamarle.
Ya iban dos veces en que tu pie se preparaba para abordar el pumabus, como todas esas veces que huiste con las palabras y me dejaste sólo la entropía, la cual aún no termino de ajustar linealmente en este mundo de acciones irreversibles e incontrolables. Pero te detuviste, regresaste, me llamaste "tramposa" e inclinaste tu cuello, como lo haces cuando me pides un beso, y ya no me pude resistir: tuve que tomarte el rostro con ambas manos, como en las películas románticas, atraerte hacia mí, como los polos opuestos. Ya hemos hablado de la acción electromagnética: y llévate la incertidumbre, llévate todas mis variables aleatorias, los errores humanos y las emociones que ni la geometría podría definir. Quiero seguir en dirección lineal, desajustarme cuando tenga que hacerlo y que vengas a reacomodarme aunque sea en cuadrados chiquititos. Que esto tenga solución en nuestro propio campo vectorial, divergencia menor a cero hacia ti, hacia mí.
Y te di el beso que debería poder darte todos los días, cuando vayas, vengas, regreses, te ausentes unos segundos y seamos como el gato de Schrödinger, estados sobrepuestos, ¿vivo o muerto? Respiremos, la pausa no nos ha matado. Las cuerdas no se han desenredado, ¿has pensado en lo bonito que sería vivir sobre una banda de Möbius? O quizás sobre un toro para poder peinarnos perfectamente y que me expliques porque puedo escucharte en el vacío y con gravedad cero, hacer experimentos con tu sonrisa, que ha resultado serlo todo: la función fundamental, los únicos armónicos.
Cuando nos caigamos, nos levantaremos. "No todo está perdido" dijo el buen Jorge Drexler. Noslevantaremos.
Seni sevyorum. Turquía no está tan lejos, probablemente tampoco el país de nunca jamás, que también vive en tus ojos. Y mis manos tantearon tu piel y desearon quedarse con ese nebo rubí de tu pecho, con tus orejas que todo lo escuchan, que diluyen los últimos ecos de mi boca para llevárselos a quién sabe dónde; ven a ayudarme a justificar lo que haya que justificar. Quedarnos sin asíntotas para que las hipérbolas culminen en el ósculo perfecto, la aproximación idealizada.
Tómame de la mano, fiel tú entre los fieles, hasta que se me olviden los agujeros negros y el polvo estelar que lleva la muerte en los pies; que al final sólo queden el mar y los hilos de las estrellas.
Vamos a ocuparnos del universo para encontrar que es infinito.
Y mis manos no querían dejarte ir. Pero no hoy. En otro plano, en otra historia. En otro poema sin concluir, sin leerte. Me quedé allí parada, esperando.

Siempre estaré aquí, esperando. En este sistema de referencia donde, lo veas cómo lo veas, tú y yo siempre vamos a ser infinito más uno.

Srita Puntual ~
[Para ti, mi matemático poeta.]

jueves, 31 de mayo de 2012

»| Engranes



Voy a desdobarle los dedos al tiempo,

encontrarle el hilo de sus sueños

para robarle pestañas

y encontrar una salida

para todas las estrellas
                                                        F U G A C E S


Srita Puntual.

martes, 29 de mayo de 2012

Para Siempre •

Y me parece poco.

[Ya dibujé un atajo que lleva a su esternocleidomastoideo. Ojalá me guarde aunque sea una que otra madrugada]


martes, 24 de abril de 2012

Cucharas sobre la nariz •


Mis lunares hacen conjuntos arcoconexos: una curva sencilla de tus dedos los puede unir, aquí y allá, del muslo al cuello o del brazo a la espalda. También me puedes partir la piel en intervalos con cicatrices o con saliva, quizás con marcas de mordidas. No sé encontrarle el área al lugar bajo mi cintura, pero estoy segura de que encontrarías la forma de parametrizarla, compararla con la longitud de arco de la planta de mis pies, quitarle la variación de los poros para quedarte con los números primos de mis suspiros, desnudos, convexos.
Yo no solía poner tanta atención a la formulación lógica y al uso del lenguaje, tal como el uso del implica o el por lo tanto, hasta que llegaste a criticar mis tareas y a ponerle un orden a mis números reales. Una cardinalidad que empieza con tu sonrisa y acaba con el silencio de la noche, todos los días.
Nunca creí entender el infinito con tanta certeza hasta que me hablaste de la sucesión que habita en tu cabeza. Muchas palabras y pensamientos, muchas estrellas y contradicciones.  Me asomo en tus ojos para no encontrarle convergencia al límite de la vecindad de nuestras miradas. ¿Me explicas por qué la raíz cuadrada de un número imaginario me parece lo más racional desde que te conozco? Quizás porque la curvatura del círculo también tiene sentido cuando desordenas los espacios topológicos que hay sobre mis manos y a veces llegan hasta mis tobillos, o en mi cabello, que no conoce la decencia de un espacio vectorial: por eso nunca puedo peinarme. Por eso mis brazos se enredan en tu cuello con todo el descaro de la continuidad, la conexidad. 
Es por la topología de mi nariz que puedo poner cucharas sobre ella para hacerte reír, mientras que tú puedes ir y venir en monociclo, haciendo malabares con forma de elipses, circunferencias, con el ritmo y la secuencia de la rayuela de nuestra temporada de cerezas.

Srita. Entropía ~
[Tus orejas son mi espacio métrico favorito]

sábado, 17 de marzo de 2012

¿Luciérnagas en la cabeza? ×

... Nunca había oído eso.
Gracias a Yeni por haberme invitado a jugar :)

Mi sueño más extraño.
He tenido muchos. He soñando en blanco y negro y con historias que cuentan títeres de sombras. Quizás el más extraño fue uno donde miraba electrones saltar sobre una cama que no era la mía. Tampoco estoy segura de que fueran electrones, pero por alguna extraña razón tenía esa certeza.

¿Mañana, tarde, noche o madrugada y por qué?
Depende para qué. Madrugadas para escribir, mañanas para estudiar y convivir, noches para bailar, tardes para caminar.

Mes favorito y por qué
Probablemente noviembre. Me gustan las flores, el día de muertos, cómo se desploman las tardes.

¿Mariposas en el estómago o luciérnagas en la cabeza y por qué?
No estoy muy segura de a qué se refiere luciérnagas en la cabeza, pero lo de las mariposas lo conozco bien. Y lo siento poco poético desde que me acuerdo cómo tuve que matar algunas para pincharlas sobre una tabla.
Me gustan las mariposas porque dicen que puedes pedirles deseos si las liberas.

Ídolo a seguir y por qué
No me gustan los pedestales. Después hay que bajar a quienes pones allá arriba, por una razón u otra.

domingo, 4 de marzo de 2012

»|La sorpresa nos encontró...



...Y estábamos desnudos del alma, de las manos, del corazón y los pies. Paralelos, absolutos, definitivos. Declinando los puntos suspensivos, abusando del sístole-diástole, sístolediástole. Eternizando momentos, preparándonos para saltar. Fantaseando con sucesiones e infinitos, la curvatura del círculo, para siempre y nunca jamás.
Tuve miedo de dudar, de que soñaras con ventanas y quisieras hacer paréntesis entre nubes antes que tomarme de la mano. Supe que los incendios que llevo en el alma, junto con los espacios vacíos, te hicieron estremecer, correr unos centímetros. Pero de nuevo, las manecillas de nuestros relojes tararearon y volviste a asomarte entre mis clavículas, para ver si podíamos crear algo juntos. No sé si una vida, un desacierto, un destino o una teoría. Por mi parte, no estaba segura de querer que todas tus palabras existieran, tampoco las luces de los faroles que te llevan a casa, dejándome notas que, irremediablemente, tendrían que bastar para aguantar tu ausencia.
Queríamos evaporarnos, reírnos, vivirnos hasta que los adjetivos no fueran suficientes y tuviéramos que aprender otros idiomas para explicarnos lo que sentimos. Sobra mencionar instantes, inviernos, movimientos que nos tatuaríamos en la piel de la mente, para recorrerla con escalofríos cuando llueva en las madrugadas. Mirarnos para hurgar en nuestros recuerdos sin ir tropezándonos con arrepentimientos, u obligarnos a rascar cicatrices.
Estábamos escondidos, susurrándonos para quebrar límites, para encontrarnos. Y no nos esperábamos los impulsos, la función exponencial que se nos quedó a manera de sonrisa para toda la vida.
Tus dedos me tomaron por sorpresa. Una temporada sin fuerza de gravedad, un abismo para saltar sin paracaídas y binomios con nuestros nombres para desarrollar se presentaron cuando creíamos, como los científicos, que nada de eso existía.

Srita. Etropía ~
["Te espero escondida para que me encuentres"]


domingo, 12 de febrero de 2012

Bueno, mujer ~

20 años de ser querida, de ser cuidada, de buscar, de encontrar, de fracasar, de volver a intentar. 20 años de ser bailarina, pianista, escritora, poeta, astrónoma y veterinaria; 20 años de ser amiga, novia, amante, hermana, madre sustituta, maestra, alumna, ayudante y jefa; 20 inviernos que fui lluvia, sonrisa, mar y arena, pero más mar porque mi voz y mi alma son océanos, mis emociones olas que dejan marca en los acantilados. 20 años de amar, de triunfar, de perder, de ganar. 20 años jugando, riendo, corriendo, bailando, saboreando, probando, estudiando, volando. 20 años de tener fé aunque a veces la pierda; 20 años de polvo, cenizas, tierra, papel y un que otro huesitos acumulados tras las paredes de mi pensamiento. 20 años de ver pasar el tiempo, de tener nostalgia y esperanzas.


Y no sabría qué decir acerca de cómo se siente. Sólo sé que ya estoy lista para florecer en primavera, porque me detengo en este día a meditar, reflexionar y mirar atrás y hacia adelante, por aquello de que uno siempre se asoma al pasado para valorar el presente y el futuro.


20 de año de hermosos recuerdos, de experiencias para aprender, de personas, animales y cosas. Libros, flores, canciones, bicicletas, ficciones.




"Y que todo en la vida, siga siendo vivir".




Srita. Entropía ~
[I'd rather dance with you]