jueves, 21 de enero de 2016

¿Por qué estás tan triste Mariquita?




Pero Mariquita no lo sabe.
Se  encontró con una esquina y entonces decidió subirse a un árbol. Pero a medida que iba subiendo al árbol, reconociendo pájaros y nubes, ansiosa por ver las estrellas, el cuervo aleteaba a su alrededor y le decía Me llevaré los meteoros y la caída del mundo; me llevaré al coronel Brandon y tú sensatez. Me llevaré los dibujos y la nobleza de los actos, me llevaré el "Mito" y las acuarelas.
Y quiso caer, caer. Hasta dar con el suelo.
Pero el problema no es caer. El problema empieza con el aterrizaje.

Mariquita sabe que está triste porque se va acomodando en su interior un espacio vacío: se ha ido adueñando de ciertos colores y de ciertos pájaros, de gestos familiares y palabras de alivio para su corazón enmarañado. Sabe que está triste porque nadie volverá a dibujarle erizos cuando diga que desea tener uno. Está triste porque sabe que ésta muerte no fue en vano, que fue por algo mucho más grande. Y que, al final, el amor siempre triunfa sobre todas las cosas.
Mariquita está triste porque ésta ausencia la ha orillado a un punto vulnerable. Se esconde debajo de las cobijas, en alguna parte del bosque, en el pasto del museo de arte moderno; en las escaleras de Bellas Artes y en una esquina de la tina. Se esconde porque sabe que no le da miedo caer, no le da miedo brincar.
No le daría miedo si no hubiese lugar alguno donde caer.

Mariquita está triste porque todo tiene que ser amor o muerte. Pero la niña que hay dentro de ella - esa de las rodillas descalza, los pies raspados, el cabello corto, los ojos cerrados y los brazos extendidos -, ha demostrado ser siempre más terca que cualquier otra cosa.

Se siente triste porque sabe que, en ese lugar donde ella se esconde, está total y completamente sola.

Cuando regrese, pregúntenle si pudo ver la luna. Pregúntenle si encontró al lobo que prometió iba a cuidar de ella, en el cielo, o en la tierra.

[Cuando regrese, habrá una que otra cosa que arreglar]

*Ilustración: Chiara Bautista

jueves, 7 de enero de 2016

(finalmente) Lo que importa

I carry your heart with me (I carry it in)
By E.E. Cummings

I carry your heart with me
(I carry it in my heart)
I am never without it
(anywhere I go you go, my dear; and whatever is done by
only me is your doing, my darling)
I fear no fate
(for you are my fate, my sweet)
I want no world
(for beautiful you are my world, my true)
and it's you are whatever a moon has always meant
and whatever a sun will always sing is you
here is the deepest secret nobody knows
(here is the root of the root and the bud of the bud
and the sky of the sky of a tree called life; which grows
higher than soul can hope or mind can hide)
and this is the wonder that's keeping the stars apart

I carry your heart
(I carry it in my heart)


[Gracias a Nora, a Argel y a Abigail por acunar mi corazón y mis esperanzas. Gracias a Sascha por las enseñanzas de Kung-Fu: sobre mi cuerpo y mis ojos cerrados. 
Gracias a mis amigos por recordarme que la gente que vale la pena no se va ni con lija ni con ganas. Por protegerme de la tristeza, del veneno de la muerte y la desolación de decidir.
Gracias por recordarme que no me basto a mi misma para ser feliz. ]

martes, 5 de enero de 2016

(Buenas noches) dijo la señorita pájaro



Volví a soñar con T.
Ésta vez no llovía. Había un ruido de fondo, pero no puedo recordar qué era exactamente,
Su contorno estaba borroso, porque yo no traía lentes. De mis recuerdos surgió la coherencia y fui llenando poco a poco el rompecabezas de su piel, Lo primero que vi fue su cabello, negro como el ala de un cuervo. Lo último, fueron sus ojos, hondos como el espacio.
Nos mirábamos. Eso si logré distinguirlo.
Todo fue en cuestión de un segundo.
De pronto se me ocurrió ver sus manos, que estaba extendidas.
En ellas estaba mi corazón. Lo escuché palpitar, enredado en hilos de colores. La sangre que caía al suelo se volvía pulsos de luz.
En mi interior, ahora vacío, el pájaro de mi alma retozaba por el hueco de mi pecho. Su canto sonaba como el mar.


[Me desperté. En algún lado empezó la lluvia, pero no en éste mundo. No afuera de mi balcón.
Fear is wisdom in the face of danger. It is nothing to be ashamed of.]


*Imagen: Chiara Bautista.