sábado, 30 de marzo de 2013

Quiérote

Porque la vida es fácil y el amor, a la larga, te dejas más motivos para reír que para deprimirte. Porque afortunadamente existen la homeopatía y las terapias que no requieren más de un día a la semana. Porque, al final, no se nos ha caído el mundo encima, ni hemos muerto más que un poquito, por lo menos una vez al año.
Porque es rico variar entre café, té y chelas, recordando que el desenfreno es completamente válido, que también la vida se trata de impulsos que nos llevan a anécdotas a futuro para curarnos la incertidumbre. Porque hablarte es también como asomarme un poquito en mi, por aquello de que me conoces de toda la vida y dirigirme a ti es, un poco, dirigirme a ti, con ese típico "Ay" de "qué pendeja eres, pero aquí estoy, tras años o meses, aquí estoy para ti".
Porque este vínculo se ha hecho más fuerte tras peleas, arrebatadas de galanes, malas intenciones y olvidos pasajeros.
Porque, al final, siempre tuvimos la exclusiva de la vida de la otra. Los jugos para la cruda, las lágrimas para el güey que nos rompió el corazón, los cigarritos (aunque ahora ya no te haga compañía con uno) para maldecir a los hombres, los mails para darnos señales de vida, lejos o cerca. La oportunidad de conocer el mundo mediante metidas de pata y uno que otro acierto, y tener a alguien allí que nos conoce desde que supimos que era, para empezar, una pata.

Qué loco. Y después de 16 años de conocerte por fin voy a poder regalarte unos estúpidos aretes que vas a poder usar.

Te quiero, Melko.

jueves, 21 de marzo de 2013

Jueves.

Y no estudies
Y no te peines
Mejor quédate esperando
la lluvia

[¿Ya estás estudiando y peinándote, Señorita Entropía? Otra vez te agarró la madrugada]

lunes, 18 de marzo de 2013

Dicen que llevamos el infinito en el corazón

Leyendo un texto de Sabines sobre Adán y Eva, recordé que Hemingway solía decir que "Hacer el amor es hacer una tregua con la muerte". El amor real y veraz lo hace.

Y entonces me di cuenta de que Adán y Eva definitivamente sabían el secreto de vivir para siempre.
Y sólo me dio más tristeza.

Srita. Entropía.

sábado, 2 de marzo de 2013

Sweet nothing


A pesar de la identificación entre la entropía y el desorden, hay muchas transiciones de fase en la que emerge una fase ordenada y al mismo tiempo, la entropía aumenta. En este artículo se muestra que esta paradoja se resuelve haciendo una interpretación literal de la famosa ecuación de Boltzmann S = k log W. Podemos verlo en la segregación de una mezcla tipo coloide, por ejemplo cuando el agua y aceite tienden a separarse. También en la cristalización de esferas duras: cuando agitamos naranjas en un cesto, éstas se ordenan de forma espontánea. De estos casos se deduce el concepto de fuerza entrópica o interacción, muy útil en la ciencia de polímeros o ciencia coloidal

Ya es de mañana Señorita Entropía: veo el sol que quiere asomarse por entre tu cabello cuyas puntas fuiste regando ayer por el camino. Este es un duelo contra el que no debes luchar, sólo dejar que te invada como el aire, que te rompa por completo. Luego decide cómo construirte. 
Deja de arrancarte la piel de los labios y déjate en paz los tobillos. Dicen que amar te separa de los demás y tú debes aceptar este éxodo, este destierro y replantearte las matemáticas: hoy, uno y uno no son uno. Son conjuntos ajenos, disjuntos, inconexos. Ya le salieron hojas verdes de nuevo al árbol fuera de tu balcón señorita Entropía y tú sigues enmarañándote la cabeza con los pétalos imaginarios de un tulipán y las promesas de una margarita. Ya pasó el invierno y debes florecer; deja de arrancar las hojas de tus poemas. Ponte a escuchar música con tus grandes audífonos para que no te dé frío en las orejas y tampoco en el cuerpo cuando vuelvas a bailar. Deja de contorsionar ficciones entre los márgenes de tus apuntes, de hacer grullas y perderlas en la inmensidad de los agujeros negros de tu vida. Deja de tragarte los gritos que vienen desde la punta de tus pies y deberían hacer que te duelan los dientes y la garganta. Llora señorita Entropía, pero no tengas deseos de morirte a las tres de la madrugada. Quédate pero no te cuentes los moretones ni dejes de girar. Siempre vas a caer, el suelo siempre va a estar ahí, así que mejor nos vamos acostumbrando. No se ha perdido todo lo que te encarna, este es sólo otro silencio que puedes combatir con el piano, una hoja en blanco para la que te dieron tinta y crayolas. 
Ríete señorita Entropía, no porque te veas más bonita que llorando, sino porque si la vida no te da paz, dásela tu a ella. El cuervo vino y también la muerte, con la esperanza oculta en esquinas de noche y en el sombrero del gato. En lugar de intentar enseñarte a hacer aviones de papel, el amor de tu vida te enseñó a hacer helicópteros, ¿qué hacemos si nos dan un camino? Dibujamos atajos. 

La valentía no se trata de no tener miedo. El amor no se trata de "nunca tener que decir lo siento". 

Yo soy irreversible. Soy desorden. Soy micro estados y probabilidades. 
Pero nunca seré yo la que huya y se esconda.