martes, 2 de julio de 2013

Citogénesis humana


¿Qué tal que a Dios le pasó como a Fleming? un día se asomó en el microscopio y allí estábamos, desordenados, espontáneos: voraces.
Las hebras de nuestros genes vienen de sus sueños, los cuales incluían el anhelo por la eternidad y el deseo de adoración.
A lo mejor Dios se puso tristísimo cuando descubrió que éramos mortales, que nos íbamos muriendo conforme el tiempo pasa. 
Quizás Dios no ha encontrado realmente la forma de hacernos eternos, para siempre poder observarnos.

[Apuntes, apenas. Me desperté el otro día con esa idea en la cabeza].

Srita. Entropía ~ 

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