... Nunca había oído eso.
Gracias a Yeni por haberme invitado a jugar :)
Mi sueño más extraño.
He tenido muchos. He soñando en blanco y negro y con historias que cuentan títeres de sombras. Quizás el más extraño fue uno donde miraba electrones saltar sobre una cama que no era la mía. Tampoco estoy segura de que fueran electrones, pero por alguna extraña razón tenía esa certeza.
¿Mañana, tarde, noche o madrugada y por qué?
Depende para qué. Madrugadas para escribir, mañanas para estudiar y convivir, noches para bailar, tardes para caminar.
Mes favorito y por qué
Probablemente noviembre. Me gustan las flores, el día de muertos, cómo se desploman las tardes.
¿Mariposas en el estómago o luciérnagas en la cabeza y por qué?
No estoy muy segura de a qué se refiere luciérnagas en la cabeza, pero lo de las mariposas lo conozco bien. Y lo siento poco poético desde que me acuerdo cómo tuve que matar algunas para pincharlas sobre una tabla.
Me gustan las mariposas porque dicen que puedes pedirles deseos si las liberas.
Ídolo a seguir y por qué
No me gustan los pedestales. Después hay que bajar a quienes pones allá arriba, por una razón u otra.
sábado, 17 de marzo de 2012
domingo, 4 de marzo de 2012
»|La sorpresa nos encontró...
...Y estábamos desnudos del alma, de las manos, del corazón y los pies. Paralelos, absolutos, definitivos. Declinando los puntos suspensivos, abusando del sístole-diástole, sístolediástole. Eternizando momentos, preparándonos para saltar. Fantaseando con sucesiones e infinitos, la curvatura del círculo, para siempre y nunca jamás.
Tuve miedo de dudar, de que soñaras con ventanas y quisieras hacer paréntesis entre nubes antes que tomarme de la mano. Supe que los incendios que llevo en el alma, junto con los espacios vacíos, te hicieron estremecer, correr unos centímetros. Pero de nuevo, las manecillas de nuestros relojes tararearon y volviste a asomarte entre mis clavículas, para ver si podíamos crear algo juntos. No sé si una vida, un desacierto, un destino o una teoría. Por mi parte, no estaba segura de querer que todas tus palabras existieran, tampoco las luces de los faroles que te llevan a casa, dejándome notas que, irremediablemente, tendrían que bastar para aguantar tu ausencia.
Queríamos evaporarnos, reírnos, vivirnos hasta que los adjetivos no fueran suficientes y tuviéramos que aprender otros idiomas para explicarnos lo que sentimos. Sobra mencionar instantes, inviernos, movimientos que nos tatuaríamos en la piel de la mente, para recorrerla con escalofríos cuando llueva en las madrugadas. Mirarnos para hurgar en nuestros recuerdos sin ir tropezándonos con arrepentimientos, u obligarnos a rascar cicatrices.
Estábamos escondidos, susurrándonos para quebrar límites, para encontrarnos. Y no nos esperábamos los impulsos, la función exponencial que se nos quedó a manera de sonrisa para toda la vida.
Tus dedos me tomaron por sorpresa. Una temporada sin fuerza de gravedad, un abismo para saltar sin paracaídas y binomios con nuestros nombres para desarrollar se presentaron cuando creíamos, como los científicos, que nada de eso existía.
Srita. Etropía ~
["Te espero escondida para que me encuentres"]
Variables Complejas
Nuestros cuentos,
Sunday Morning
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